एल DUELO

EL DUELO


Salí de aquella oficina y de aquel lugar que amaba, pensando en todo aquello que piensa quien ha perdido algo valioso. Las perdidas son muertes, ese lugar tenia muchos días y horas de mi vida, que ahora veía desfilar era un carnaval amargo, veía a los que participaron en la construcción de esa institución al igual que yo, también a los personajes de aquella mascarada con sus sonrisas cicatrizadas, apenas pegadas de sus bocas grotescas, por las que salían palabras engañosas, palabras pronunciadas en los acontecimientos mas notables. Marchan lentamente hacia el despeñadero de sus propias ambiciones. Recuerdo en este instante al amigo y cómplice de pensamientos y acciones diversas, lo contemplo en su bicicleta de niño, riendo como niño y dictando cátedra como hombre de bien, integro, desde las cavernas, lejos de una pedagogía informe, monstruosa, parida por el ansia de la productividad. Si algo aprendimos es a ponernos el sombrero y a quitárnoslo ante su recuerdo, lo veo ahora con su gorro de papel periódico, rodeado de esos estudiantes que lo amaban de verdad, porque veían en el a un amigo, a un compañero, alguien en quien se podía confiar, también observo en este desfile de disfraces a una mujer que pelea con su condición en cada movimiento de su cuerpo, es la nueva contratación, va vestida de militar, camina como militar y habla, como si tuviera a un grupo de reclutas a su mando, ella hace la guerra sucia, porque no le importa, porque es muy macha-¿se podrá decir que es muy macha?- Yo no se, pero allí esta, para eso la trajeron, ese es su trabajo, allá ella con su conciencia, es tan insignificante, a pesar de lo valiosa que podría ser en otros rumbos. Pasan. Pasa, recorren los senderos de mi mente muchas de las imágenes de estos años, son algunas mas vividas que otras, esta el patio del antiguo colegio de Nuestra Señora del Pilar, el de Chamorro, en los años sesentas, es esta misma sede, la de mis recuerdos y las de los sueños insulsos de otro personajillo insulso, que también cruza, como un frankenstein femenino, - a eso le llaman belleza de bisturí- ¿Belleza? Pero siguen mis imágenes, se agolpan, luchan unas y otras por tener primacía y ser recogidas en palabras, están los mitos y las leyendas de aquel patio, como la de la monja del antiguo claustro, que dicen que se aparecía en noches de luna, Así como las rumbas, el frenesí, de los desfiles pobres y de las pobres mujeres llenas de abalorios, y de los estudiantes felices de no hacer nada. Porque era mejor no hacer nada que hacer tanta cosa inútil, pues ni siquiera se toman el trabajo de explicarles que eso no es una universidad, ni nada que se le parezca. Salí de aquella oficina, pase por la puerta, ahora llena de vigilantes, me senté en el murito de ladrillo liso que esta en el portal, atrás había quedado la señora que funge de rectora, allí estaba viviendo mi pequeña muerte, se le acercaron otros profesores felices de no haber sido ellos los despedidos, habrían mas módulos para disputar, batían complacientes sus manos. Entonces recordé el cuento de Ray Bradbury que narra la historia de un hombre que era perseguido por contar que había existido un mundo mejor a ese que estaban viviendo, un mundo donde se podía gozar de una vida diferente, sin tantas carencias y con muchos afectos; eso le basto para ser perseguido, dañaba el ambiente laboral, dañaba el desarrollo normal de una sociedad en la que había ocurrido una hecatombe. ¿A que viene este recuerdo? Bueno, porque también nos dice Bradbury que leer, escribir, se volvió un acto no bien visto, de bichos raros, lo dice en Fahrenheit 452, pues esta sociedad es una sociedad que piensa incinerar los libros en la pantalla total, en la pantalla virtual, en el fuego de las tecnologías, en el juego de una imagen que es como un laberinto, como un laberinto de espejos, a eso le llaman pedagogía, ¡somos visuales!, grita un coro de seres famélicos, desnutridos por la falta de digestión, porque no pueden digerir lo que no han leído, y prefieren con los ojos bien abiertos, devorar cuanta basura encuentran en los medios de comunicación, y viene el estreñimiento crónico… Y al frente de ellos, ¿a que no adivinan quienes se encuentran? Nuestro notable personajillo de la voz engolada, el de los eventos leves e inútiles y, el de la cara parecida a la de Bin Laden, pero discretamente, oculto detrás de la figura voluminosa de la patrona-es que el se las sabe todas para sobrevivir en ese mundo surreal- virtual, diría yo,- pero, por supuesto ¡espantoso!- diría nuestro buen amigo, allá en el cielo, si es que existe el cielo, porque si no existe tuvo que habérselo inventado alguien, ¿yo? Si, yo lo cree aquí, Solo para el, para que pudiera estar aquí presente en este relato. El carnaval no ha cesado, y como dijo Zalamea ¡Crece! ¡Crece! la audiencia, y desde tu cielo Mirad bien, este espectáculo terrible, donde la profesora de dibujo camina con su caminadito de se lo doy no se lo doy, se lo doy no se lo doy, pero en realidad ¿a quien le importa si lo da o no lo da? Pero se la cree toda, a pesar de que las nieves del tiempo ya poblaron su cien, como dice el tango, -¿te acordas cuando me decías como se iba a volver esto y relatabas como era Chile cuando se instauro el régimen de terror de Pinochet?-Que se encontraban policías por todas partes, que se convertía cualquiera en informante, y entonces, vuelve el recuerdo de Kafka, y si, tienes Razón, en este trópico febril e insomne, -¡aquí ya no se puede creer ni en Dios!-, porque los que creen en Dios son aquellos que se sienten con el poder de mandar, vigilar y castigar, ese es el poder de la llamada educación, todas las teorías son buenas de dientes para afuera, la de el Sujeto Educable, la de la preguntita esa de si podemos vivir juntos o la de enseñar si, ¿pero como?, ellos la resuelven por la fácil, la tiene como una carta marcada la inefable rectora,! como nosotros enseñamos!-responde- y el coro y el ventrílocuo, repite la desiderata perogrullesca del modelo pedagógico, de la internacionalización de la institución y esta palabra al ser pronunciada, hace saltar babas como chispas de sus bocas, con la sonrisa como una cicatriz de infamia pegada. Todo eso es novelería, se predica y no se practica, no se convierte en fuerza transformadora,-¿pero quien va a transformarlos si han acumulado tal cantidad de cerumen en sus oídos que son sordos a todo lo que no sea el sonido de las registradoras?- Y también cada mañana como el señor K, amanecemos sintiéndonos como unos insectos y con el temor de que nos corten de un tajo la vida, por digamos, ¿quitarnos una bicicleta? O al menos eso dicen aquí, en este país cuando les da por quitarnos la vida, que era por algo, hasta por ver caer el cuerpo, pero no nos volvamos a poner dramáticos, retornemos al simulacro, al carnaval, época de carnaval, ya paso el de la repartija de los módulos, de las horas cátedra, de la integraciones, donde nos dicen cuanto nos quieren, donde nos hacen sentir esa dependencia que acanalla. Estoy sentado en el muro, en la entrada principal, hay seguridad privada y soldaditos que cuidan la subestación eléctrica, es un día cualquiera de Junio, es el día en el cual nos anuncian quien se queda y quien se va, el momento en que vienen a mi recuerdo estas imágenes, es el momento de la verdad, como dicen los toreros, un símil afortunado, porque este es un tinglado propio de un circo de toros, que quiero lo imaginen conmigo, observen bien… Hay un cielo donde esta mi interlocutor valido, transparente y diáfano, azul como todo cielo, y el sol brilla en todo su esplendor. En las graderías el pueblo, en un balcón especial, rige la plaza el presidente y en el resto del coso se reparte barrera, contrabarrera, callejón, y las tribunas, donde el respetable pide a gritos sangre con el retorcido discurso taurino, lleno de zalamerías y pretendiendo ser un arte, el cual llaman de cuchares, tanto allá como aquí se habla de maestros, de arte, tanto allá como aquí se maneja una jerga pretendidamente docta, el toro es el gran perjudicado, el pobre toro es el rey de burlas de la fiesta, es una fiesta nefasta, donde se enseña de una manera obscena: la tortura. El pan y el circo, decían entonces los romanos, de allá viene este jolgorio. Aquí estamos pues, un día de plaza, de plaza llena, la barrera y la contrabarrera esta feliz con los bolsillos llenos; el ruido es espantoso, la gente grita, blasfema, pide la muerte del animal, los maestros caminan en sus trajes ridículos, pegados al cuerpo, cumplen con sus tercios, pasan de uno al otro tercio, cada uno es mas degradante que otro, preparan al vacuno para el destasadero, una vez muere el ejemplar, la gente pide los trofeos, las orejas o el rabo y celebran embebidos en esa sangre, reconciliados con la vida, el presidente decide la entrega de los premios que se amputarán como recompensa, a la destreza, a la paciente victimizacion, metódica y cruel. Elevo mi mirada al cielo como una plegaria, y te veo allá en ese cielo de azul profundo, esta tarde donde estoy en este muro, pienso en tus palabras dichas unos buenos días de ron cerca de la iglesia de Santa Mónica, la misma donde velaron a mi hermano Cesar, -valga la mención-, decías que esta imagen de la fiesta brava, era la imagen que mejor hablaba, visualizaba, nuestro comportamiento, nuestro pensamiento caníbal, el de querer devorarnos unos a otros, el de convertir un acto de tortura en fiesta, un rito macabro en vida diaria, -¿Qué se puede enseñar en un país que se despierta con las noticias de la guerra?- -¿De la lucha de los fuertes contra los débiles?- ¿De la compra y venta de seres y conciencias, del todo se vale?. Esta es canibalia amigo, aquí es todos contra todos, aquí hablar esta prohibido, opinar solo si es para gritar ¡ole!, si es para seguir la corriente, porque: no sea bobo mijito, a ¿Usted que le importa? Pensar es peligroso. Hay que matar al toro, dar capotadas, sacar el cuerpo, no dejarse empitonar, aprender la cartilla de pases habidos y por haber, sabernos esa pedagogía de memoria con la jerga. ¡Pero por supuesto! en una palabra ¡gozar de la fiesta! ¡Gozar de la fiesta es hacer caso Mijito! Más es fama que por mucho caso que usted haga, por mucho que usted toree y deje torear, le clavan su estocada, lo sacan del ruedo, lo marginan de la fiesta. ¿Entonces para que perder el tiempo?, repetías y me regañabas por mi espíritu polémico. Eso me lo hiciste ver muchas veces, fumabas y fumabas, y nos metíamos los rones, esos riendazos que llegaban al alma, así como hoy en el atrio de esta iglesia donde al fin te vuelvo a ver, donde te bajaste de tu cielo azul de papel crespón para poder asistir a este duelo, que era también el tuyo. El nuestro, ¿que esperabas? No ves que a mi ya me tienen en un óleo que se parece al corazón de Jesús, y eso que ya estaba afuera, ¡ya me habían ido quitando todo!- Pero ahora solo les hace falta decir que hago milagros, y si cuaja, pues hasta me convierten en santo, y cambian de negocio, así es esta realidad, así son-, -si, así son, no pierden una-, y eso no esta del todo mal, eso es ser pragmático, los idiotas somos nosotros que nunca aprendimos y nunca aprenderemos, te morirás como yo sin un peso, y a lo mejor dirán que eras bueno. -Eso si que no te respondí-, ¡eso si que no!-, de mi nunca dirán que fui bueno, dirán por ejemplo, que era inteligente, que había desperdiciado mi inteligencia escribiendo estas pendejadas, o leyendo, ¿eso para que sirve si somos visuales? O que era de los peores profesores porque no enseñaba nada., -un par de viejos cansones- Que les decíamos a los alumnos de todo menos lo que teníamos que decirles. Pues nos hicieron decir tantas cosas y nos las cambiaron tantas veces.

¡En fin! -que pena que no me podas tomar una fotografía-, la pondría con gusto aquí al lado de estas palabras, en ella estaríamos los dos en el atrio de esta iglesia, en frente de la institución a la que tanto amamos, porque institución significa alumnos, alumnas, la magia del aula, de esa relación donde el verbo produce reflexión y se encarna en saber.





Esas fotografías que realizaste, miles de ellas deben de estar en alguna parte, la alquimia del laboratorio donde te amontonaban alumnos, los que iban en busca del milagro de la luz en una cámara oscura, donde escucharon tantas veces tus semblanzas y metáforas sobre las cavernas, tus lecturas que fueron juiciosas antes de que te sumieras en un profundo escepticismo. El motivo no me lo dijiste antes y no me lo dirás ahora, ahora, cuando ya clarea el alba y se tiñen de violeta los cerros y te tengo que instalar en tu cielo, para poder seguir con mi relato, para continuar dando paso sin nostalgia a todas estas vivencias que se convierten en carnaval, en mascarada, como debe ser, para no invocar a tanto espíritu maligno.




2

Dialogo de las cavernas


Esa era la edad de oro, todo se jodio cuando salimos de allí, de eso estaba seguro, el paleolítico fue la edad de la inocencia, el mundo entonces era un lugar lleno de armonía y respeto. Estábamos caminando por la tercera norte, el con su sombrero de papel periódico, yo con media cabeza pelada y una cola de caballo apestada, éramos una pareja patética.

Si, es que lo mejor es no darnos tanta importancia
Mmm, si, ¿para que joder tanto con filosofías, y lecturas?
Para que nos metimos en esto si no fue por amor
Si eso mismo digo yo, pero nos pagaron mal
¿Y que? ¿Que esperabas?
Bueno, que me utilizaran, esta bien, pero que tuviesen la nobleza por lo menos de decir porque salían de mí, digo, de nosotros.
Eso que importa ya ¡carajo!
En ese momento paso Pipo, el loquito de Santa Mónica hablando con su particular lenguaje que era un auto regaño interminable, caminaba rápido, manoteaba, luego se paraba frente a un frondoso árbol y lo cacheteaba.
Después quedaba en silencio, prendía un cigarrillo que tenia en la oreja y fumaba en un estado de paz envidiable.

Ahora llovía, caía una llovizna fina que brillaba diminuta formando una cortina multicolor, al mezclarse con las luces de los faroles de los autos.
Venteaba duro ese atardecer, la llovizna se convirtió en un fenomenal aguacero, corrimos hasta guarecernos bajo un volado, el del almacén de decoración, uno de tantos que se han abierto y que hablaban de una economía boyante.







¿Boyante? ¿Boyante para quien?
¿Para quienes?
Tú sabes para quienes, sabemos que la prosperidad de pocos es la miseria de muchos.
No debimos de haber salido de las cavernas
Muchos estamos todavía allí
¿De verdad lo crees así?
Si, es que quienes salieron de las cavernas son aquellos que han desarrollado esta sociedad, esta sociedad que juran es lo mejor, yo no lo creo así.
Es la única que hay
Si, esa es la creencia de las personas que precisamente criticas. Son aquellos que creen por ejemplo, y sin criticar, ni juzgar, que cuestiones como la pedagogía o la enseñanza, pueden convertirse simplemente en una compra y venta.
Bueno, si, es convertir al paciente o al estudiante, en cliente.
Es pretender que se venden paquetes educativos. O de salud.
Es el circo, la lúdica, es parte del circo.


La lluvia se convirtió en vendaval, de esos que hacia tiempos no veíamos.
Una enorme rama de un guayacán se desprendió y aplasto un pequeño carro, se fue la energía y en un santiamén hubo conmoción general. Las sirenas ululaban, la ciudad por lo menos en ese sector fue literalmente tomada por la fuerza pública, la naturaleza también realiza sus actos terroristas, y en este caso a ¿quien reprimir?
Pues a todos nosotros, es que no ves a tu alrededor, mejor nos vamos, porque o si no pasaras en una comisaría el resto de la noche. ¿Yo solo?, Si, tu solo, ¿te olvidas de que yo ya no existo?
Me quede en silencio y le hice caso, camine presuroso y encontré a Pipo impertérrito en el mismo lugar donde lo habíamos dejado, totalmente empapado, pero feliz.


Santiago de Cali mayo15 2007